domingo, 26 de julio de 2009

Octavo Enc. Nal de Caminantes - Iza - Boyaca- : Caminata No.4 Camino del Oriente y el Paisaje Lejano

Comencé este Octavo encuentro con una caminata alta llamada: "Camino del Oriente y El Paisaje Lejano" la cual nos llevaría hasta un agradable mirador hacia el Lago de Tota.

El recorrido comenzó desde el parque de Iza, hacia las 5:30 AM del Viernes 26 de Junio. Alli mismo hicimos el calentamiento el cual realmente fue corto dado que la ascenso inicial sería más que suficiente. Y fue cierto !!!

El primer tramo de la caminata lo hicimos sobre un lecho rocoso el cual revelaba el pasado volcánico de la región. Sobre este pasaje a una distancia regular se hayan colocadas varias cruces de madera correspondientes a las 13 estaciones del Viacrucis. Este es un detalle que ya he observado en otros pueblos: Es como si la única forma de evocar y revivir los sucesos del viernes santo fuese haciendo que las estaciones del viacrucis se vuelvan realmente un martirio casi similar para todos los creyentes.

Por un instante me imaginé lo que significaría cargar uno de esos pesados monumentos sobre aquella ladera empinada y resbalosa, pero pronto mis pensamientos se disiparon cuando la mañna nos regaló un precioso paisaje en el cual, el perfil de las montañas del Occidente se elevaba por encima de un techo de neblina que cubría como un manto el pequeño valle. El sol entraba tan oblicuo sobre la montaña que hubo un momento en donde logré captar mi propia sombra sobre el techo de nubes. Afortunadamente el lente de mi pequeña cámara también y ahí quedó la evidencia.

Luego de este corto pero abrupto ascenso el terreno sigue empinado pero con tramos con varios chatos que permiten recobrar el aliento y disfrutar del paisaje. Atravesamos innumerables fincas y casas de campo, la mayor parte de las cuales son habitadas por campesinos, quienes amablemente nos saludaron e incluso permitieron que les indagásemos acerca de la tenencia y cuidado de ovejas y cabras, muy frecuentes en la región. En varias ocasiones tuvimos que atravesar mangas pobladas con docenas de ovejas las cuales, por supuesto, huían ante el paso de tanto desconocido, salvo una que otra que hubo que socorrer al verlas enredadas en su propio cordel.

Lentamente el sol fue inundando la región con sus destellos, permitiendo apreciar mucho mejor los detalles de las colinas, vegas y bosques, así como de los múltiples espinazos rocosos. También hicieron su aparición los sembrados de papa, cebolla, coles, zanahorias y maíz. Ya cerca del filo montañoso y cuando rondábamos los 3300 mts SNM, empezaron a aparecer los primeros frailejones cuya textura al tacto recuerda tanto la del terciopelo.

Un poco más arriba alcanzamos la máxima altura del lugar (3350 mts SNM) desde donde pudimos divisar el hermoso paisaje que se abría hacia el oriente de aquella elevación, dominado principalmente por el lago de Tota y los varios pueblos que rodean su orilla. Allí ante la contemplación de esta vista y bajo la sombra de los pinos se disfrutó de un buen desayuno, amenizado por el susurro suave de una ascendente pero fría brizna.

El regreso aunque se hizo en su mayor parte por el mismo camino de subida, se caracterizó por dos visitas que aunque cortas fueron importantes. La primera fue poder ver y tocar varias pilas rocosas cuya conformación desde luego no era obra de la naturaleza. Se trataban de túmulos funerarios indígenas los cuales antaño eran más frecuentes pero que lamentablemente, se han ido perdiendo gracias al saqueo y destrucción. Lo que más me sorprendió fue ver como las rocas se engastaban las unas a las otras perfectamente, sin dejar ni un pequeño rescoldo entre ellas. Es como si efectivamente se hubieran petrificado entre sí. No hay forma de deducir su antigüedad, pero estimo (no soy un experto quiero aclarar) que deben tener al menos 2 o 3 siglos.

La segunda visita fue a un pequeño pero muy tupido bosque de pinos en el cual descubrimos (literalmente) varias clases de hongos, entre ellos el Amanita muscaria (en varias de sus facetas) y Cortinarius entre otros. Estos hongos crecen dentro de las agujas que los pinos dejan caer al suelo y para poder apreciar mejor sus colores y formas, se hace necesario destaparlos y limpiarlos, teniendo cuidado de donde pisas ya que hay muchos.

La caminata concluyó regresando en descenso hasta el parque de Iza en donde el sol de principios de la tarde nos permitió divisar lo que la neblina nos había negado en la mañana: los extensos y verdes pastizales que rodean el rio Iza.

Para finalizar dejo el link al track completo de esta caminata para quienes quieran y puedan repetirla.



Iza - Camino del Oriente y el Paisaje Lejano at EveryTrail

Map created by EveryTrail: Geotagging Community

viernes, 17 de julio de 2009

El Largo y Ancho Camino


“Cuán maravillosas son tus obras señor y cuán feliz me siento de poder haber llegado hasta aquí, no para comprenderlas, sino para verlas crecer, mover, fluir, agitarse o simplemente desvanecerse.”

Alguna vez los científicos al intentar explicar la locomoción del ser humano llegaron a la conclusión de que el acto de caminar es una caída controlada. Y debe serlo o sino fíjense en la forma como los niños intentan dar sus primeros pasos: esa lucha persistente con la gravedad y la falta de experiencia motriz los lleva a dar por tierra una y otra vez, hasta que finalmente lo logran y el sentido del equilibrio se impone. Algunos dirían que esta descripción es demasiado positivista. En mi humilde concepto, pienso que contiene tanto del determinismo de la física Newtoniana como de la dinámica misma de la reciente teoría del Caos.

No obstante, aunque me gusta la simpleza de la explicación científica, por mi parte, el caminar supone toda una metáfora a la vida misma.

En efecto, en el ejercicio del senderismo, me he hallado múltiples veces ante la paradoja del destino, la gracia del toque de Dios, la suave voz del pasado susurrando en mi oído, he visto la mirada de mis hijos en innumerables ojos de otros niños, he sentido incertidumbre frente a las bifurcaciones del camino, me he sentido retado por cada colina, he disfrutado de los momentos de gloria luego de llegar a un alto así como también he experimentado la frustración cuando me pierdo o no logro llegar a algún destino, he disfrutado con el paisaje, las flores, el agua, la lluvia, el frio, el fango, las rocas, los perros, las cercas y ríos que son los eternos acompañantes de todo caminante así como de la sonrisa, el abrazo y la diversidad que pertenecen a todos aquellos que dan los mismos pasos con uno por el mismo sendero.


Cada recodo de la vida esconde un nuevo y maravilloso paraje; en cada adiós de un amigo, de un familiar o de la pareja está siempre la duda persistente acerca de si los caminos volverán a converger otra vez; los ecos de los días transcurridos son como las huellas dejadas atrás y que resuenan en nuestro interior recordándonos de dónde venimos; aun en los momentos más desolados es imperioso levantarse, con ayuda del cayado o de la mano de algún buen amigo y venciendo el dolor, reasumir la marcha; no será posible lograr ningún objetivo, ni conseguir ninguna meta significativa sino cuentas con la ventisca, las piedras, el lodo, las inclemencias así como la visión de tus pies en esa cima; por mas solitario que vayas en esta senda, nunca estarás solo, pues el canto de los grillos siempre será tu acompañante; siempre habrán peligros y aun cuando la parca sostenga precariamente el hilo de tu vida en sus manos, no tienes otra opción: sigue caminando !


Este blog no tiene otra pretensión que servir de humilde testimonio de aquellas travesías a las cuales mi determinación (o terquedad) y mi obscena pasión por la diversidad de la naturaleza me han conducido y las cuales no hubiesen sido posibles sin este maravilloso vehículo que son mis pies.

Cada cual acude al camino llevando consigo sus propias motivaciones y creencias las cuales son desde cierto punto de vista, enteramente validas, algunas controvertibles y otras pocas completamente ominosas…pero qué se puede hacer ? es la naturaleza del ser humano. Por mi parte, siempre llevo en mi morral la convicción de que, de una manera u otra, en toda senda siempre he de encontrar una puerta que franquear… y detrás de ésta? Solo Dios sabe. No atravesarla, en mi caso, no es una opción.